Libro de Melajim I (I Reyes) 1:1-31

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El libro de Melajim (Reyes) – como su nombre lo indica – nos relata acerca de los distintos reyes que tuvo el pueblo de Israel a lo largo de su historia, hasta la destrucción del primer Templo de Jerusalem a manos del emperador Nebujadnetzar (Nabucodonosor) de Babilonia. Respecto de los primeros reyes de Israel – incluyendo a David – nos es relatado en el libro de Shemuel (Samuel), y aquí el relato comienza con la historia de Shelomó haMélej (el rey Salomón).

Sin embargo, la historia de un hijo comienza en vida de sus padres y es por eso que el autor del libro de Melajim comienza el relato informándonos lo que ocurrió con el rey David en los últimos días de su vida.

La haftará que leeremos este shabat fue escogida del comienzo del libro de Melajim y así comienza:

«El rey David era anciano, entrado en años, y lo habían cubierto con las ropas, pero él no entraba en calor» (1:1).

Más adelante, el libro nos relata que hubo una lucha por el trono entre Adoniá Ben Jaguit (uno de los hijos del rey David) y Bat Shevá – la madre de Shelomó – quién pedía el trono para su hijo, ya que el rey David, le había jurado a ella que Shelomó reinará después de él. Al enterarse de esto, el rey David decidió coronarlo a su hijo Shelomó como rey, aún en vida, y así acallar estas disputas.

Es interesante ver que el relato comienza con un detalle aparentemente superfluo en relación con la historia que se nos quiere narrar. ¿Qué importaba si el rey David en los últimos días de vida sentía frío o calor?

Algunos comentaristas entendieron que en realidad este dato no es tan superfluo sino que encierra una gran enseñanza para nosotros. Ellos nos recuerdan lo que dice el Talmud respecto de lo que es relatado en el libro de Shemuel I (I Samuel) cap. 24.

Allí nos es relatado que Shaúl el rey, estaba persiguiendo a David a través del desierto de En Guedi y en un momento determinado, Shaúl se apartó de sus hombres para entrar a una cueva, para hacer sus necesidades. Él no sabía que David y sus hombres estaban próximos a ese lugar.

Cuando los hombres de David vieron esto, le dijeron a él que ese era el día respecto del cual D’s le había dicho que pondrá a sus enemigos en sus manos. En ese momento se levantó David y cortó el borde de la vestimenta de Shaúl, como señal de que finalmente él reinará. Después, sin embargo, se arrepintió de lo que había hecho (a pesar de que Shaúl lo perseguía a él y David también lo podría haber matado) y le dijo a sus hombres que se arrepintió de haber tocado al rey que D’s había elegido para el pueblo de Israel y no le permitió a ninguno de sus hombres matar a Shaúl, dejándolo escapar.

Comentando el hecho de que «se levantó David y cortó el borde de la vestimenta de Shaúl» (Shemuel I -I Samuel- 24:5) nos dice el Talmud:

«Dijo Rabí Yosí el hijo de Rabí Janiná: Todo el que desprecia a las ropas, finalmente no tendrá satisfacción de ellas, así como está escrito: ‘El rey David era anciano, entrado en años, y lo habían cubierto con las ropas, pero él no entraba en calor’» (Berajot 62b).

El Maharshá (Morenu Harav Shelomó Eidels, 1555 – 1632) nos enseña que Rabí Iosí el hijo de Rabí Janiná encontró esta idea insinuada en el mismo texto, ya que en el pasuk (versículo) podría haber estado escrito simplemente: «y lo habían recubierto, pero él no entraba en calor» omitiendo las palabras «con las ropas», y realmente hubiéramos entendido que con ropas fue que lo recubrieron. Sin embargo, por cuanto que el texto aclaró que «con las ropas» fue que lo recubrieron, se entiende que se nos quiere insinuar algo a través de este dato.

A simple vista, este pasaje del Talmud no es fácil de entender. ¿Qué pecado cometió David al cortar el borde de la vestimenta del rey Shaúl? Además, a pesar de que podamos encontrar en su acción algún pecado, ¿qué relación tiene el hecho de que cortó el borde de la vestimenta de Shaul con el hecho de que al final de sus días las ropas no le servían para entrar en calor?

Para explicar esto, necesitamos entender que nosotros como seres humanos, debemos darle la importancia necesaria al cuidado de todos los elementos que D’s puso en Su mundo, a disposición del hombre. De esta manera él se beneficiará al utilizarlos debidamente y podrá perfeccionarse en su Avodat HaShem (servicio a D’s).

Entre todos los medios que dispone el hombre, se encuentran los elementos materiales como ser las ropas, los alimentos, los metales, etc. y también se encuentran otros elementos no materiales como ser la Torá y el alma. Si aprendemos a utilizar correctamente los elementos materiales que están a nuestro alcance, entonces también sabremos utilizar eficientemente los elementos no materiales que tenemos a nuestra disposición.

El Rab Eliahu Desler (1891 – 1954) en su libro «Mijtav MeEliahu» dice que cuando David estaba con el rey Shaúl en la cueva, él debía apresurarse por el gran peligro en el cual se encontraba, y tenía que tomar algún elemento que sirva como señal de que él estuvo con el rey Shaúl y este último no lo dañó a él en absoluto. Pero David cortó el borde de la ropa de Shaúl y fue castigado por eso, pues si hubiese pensado dos veces hubiese encontrado otra forma de conseguir su objetivo sin tener la necesidad de destruir un objeto entero. Es por eso que a David le fue considerado que despreció las ropas, pues en el nivel espiritual en el cual él se encontraba, esta mínima acción es considerada un pecado. Y por cuanto que despreció las ropas, no tuvo el mérito de tener provecho y satisfacción de ellas en el momento en que las necesitaba, cuando envejeció, y a pesar de que pusieron sobre él muchas vestimentas, estas no eran suficientes, pues D’s decidió que las ropas no cumplan su función natural.

Y así también ocurre con alguien que ve que hay comida tirada en el piso y pasa de largo sin recogerla, él finalmente será pobre (Véase Eruvin 64). Por cuanto que los alimentos son despreciables a sus ojos, en definitiva carecerá de ellos.

¡¡Shabat Shalom uMeboraj!!

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