Una enseñanza para nuestra Mesa de Shabat

Leemos en Perashat Lej-Lejá (capítulo 15) sobre el Berit ben ha-Betarím (literalmente, “Pacto entre las Partes”), la ceremonia del pacto durante la cual D’s le promete a Abraham que será el padre de una gran nación que vivirá en Kenáan.   

En un momento durante esta ceremonia, se nos dice: “El sol estaba a punto de ponerse, y un sueño profundo cayó sobre Abraham; he aquí, una gran oscuridad descendió sobre él” –  וַיְהִי הַשֶּׁמֶשׁ לָבוֹא וְתַרְדֵּמָה נָפְלָה עַל אַבְרָם וְהִנֵּה אֵימָה חֲשֵׁכָה גְדֹלָה נֹפֶלֶת עָלָיו (15:12).   

Mientras Abraham dormía en la oscuridad, D’s le advirtió de la esclavitud a la que estarían sujetos sus descendientes y le prometió que finalmente surgirán como una nación libre y regresarán a Kenáan.   

Como explica Rashí, la puesta del sol y la oscuridad que descendió sobre Abraham simbolizaron la oscuridad y el sufrimiento del exilio egipcio, de los cuales D’s le informa a Abraham en esta profecía.   

El Netziv (Rab Naftalí Tzví Yehudá Berlín), en su Ha’amek Davar, agrega que la palabra shemesh – שֶּׁמֶשׁ (sol) a veces se usa para significar la manifestación abierta de la Divina Providencia en el mundo. Cita como ejemplo un versículo del Sefer Tehilim (84:12): “Ki shemesh u-magen HaShem Elokim ”(“Porque HaShem Elokím es sol y escudo”). La puesta del sol en esta profecía a Abraham representa así el ocultamiento de la Shejiná durante los períodos de exilio y opresión de Bené Israel, cuando parece que D’s los ha abandonado, D’s no lo quiera, y ya no se interesa por su bienestar.

Rab Meir Simja Ha-Cohen, en su Meshej Jojmá, hace una observación fascinante en sus comentarios a este versículo, a saber, que es aquí donde la Torá usa la palabra shemesh – שֶּׁמֶשׁ por primera vez.  

En Perashat Bereshit, al describir la creación del sol, la Torá (1:16) se refiere a él como ha-ma’or ha-gadol – “la gran luminaria”. Sin embargo,   la palabra shemesh, la palabra hebrea principal para “sol”, aparece por primera vez sólo aquí, en la profecía de D’s a Abraham.

El Meshej Jojmá explica que la palabra shemesh evoluciona del verbo arameo (que también se usa en hebreo moderno) Sh.M.Sh., que significa «servir«.   (El único ejemplo de este verbo en Tanaj está en Sefer Daniel 7:10).  

Abraham logró convertir el sol nuevamente en un shemesh: un sirviente o asistente del Todopoderoso, en lugar de una fuerza sobrenatural independiente.   

El Rambám describe al comienzo de Hiljot Avodá Zará cómo la idolatría evolucionó hasta el punto en que sus seguidores no reconocieron la existencia de una única entidad Divina que gobierna el mundo natural. En cambio, atribuyeron poder y autoridad divinos a las diversas fuerzas de la naturaleza.   

La lucha de Abraham contra el paganismo implicó demostrar que el sol no es más que un shemesh (‘shamash’), una fuerza subordinada al “servicio”, por así decirlo, del Todopoderoso.    Por esta razón, sugiere el Meshej Jojmá, es sólo cuando Abraham emerge en escena y lanza su campaña contra el politeísmo que el sol pasó a llamarse shemesh, lo que enfatiza su dependencia y sumisión a D’s, contrariamente a la atribución pagana de poderes divinos intrínsecos a los cuerpos celestes.

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